miércoles, 30 de abril de 2008

Eme de Manzana


Amanece en la ciudad. Junto a ti aquella botella de vino consumida. A mi lado las colillas del cigarrillo dejaron ya de humear. Sin dormir adviertes que es temprano, cuando miras el reloj y te das cuenta que las horas pasaron como si nada.
Un nuevo amanecer, una nueva conversación, mixturas y relieves, de una conexión casi idéntica.
Y al mirar alrededor, las calles transpiran con el calor de la mañana que empieza a asomar, los árboles botan esencia y el sol interrumpe la suavidad de esa oscuridad perfecta que acoge placeres y risas.
Es ir viajando con la mente, retrocediendo en un primer plano, es crear días especiales para profesiones olvidadas. Son números que viven, que tienen una historia. Que nacen cuando los miras y que mueren cuando los olvidas.
Caminando, sintiendo las pisadas, el frío arrecia y envuelve la garganta. Un sin fin de palabras al viento, cayendo indelebles perforando pavimentos. Una mirada profunda, un desplome en tus brazos. Esencia que traspasa ropajes, colores vivos que emergen de las montañas.
Tonos de piano acompañan el regreso, perfumando el cuerpo abatido del trasnoche. Una vuelta casi automática, una despedida que no dice adiós, sino hasta mañana.
Son días especiales, de un renacer impecable, una muestra y un regreso, revivir siendo grande.

lunes, 28 de abril de 2008

Reflejo de antaño


Mirarte es un placer. Mezcla irresistible de pasiones de antaño, recuerdos que estaban dormidos.
Usaste el foco para plasmar tu arte, contrastes y preguntas; un sin fin de interrogantes, que luego de un saludo, quebraron el hielo y la sensación de haber vivido esto antes.
Salidas relámpago, cruces y tormentas, un calor controlado, brasas expectantes. Una sonrisa coqueta, un impulso por delante.
Naciste bajo la cascada, cual musa de pétalos rojos apareciste. Pura e indeleble mostraste tus alas, húmedas y plegadas tras tu espalda. Quemabas de tan solo mirarte, azotabas el suelo con tu presencia. Cargada de simbolismos que presentan tu esencia de mujer.
Delgada y delicada, tambalean los timbales cuando tu estela los roza. El sonido imperceptible de tus pisadas, la fragancia mágica de un sabor idílico.
Labios perfectos que enmarcan todo lo que puedes dar sin objeción, bajo aquel rostro de características exóticas.
Una nueva oportunidad asoma fuerte y constante, luego de haber desaparecido como hojas de otoño. Las mismas que ahora florecen para verte y conocerte, como aquel reflejo de antaño que emerge una y otra vez.

martes, 22 de abril de 2008

La vida en su justa medida

Es un viaje, una puesta de sol, una mirada. Es por si sola, es.
Es caminar descalzo por las calles de Santiago, pensando que es la arena de Leblond.
Es estar vestido para la ocasión, pensando mil veces que vas a decir.
Es volver a bailar, a moverte por ti solo.
Es sentir la música que habías olvidado, eternos momentos silenciosos, expectantes sinfonías en tu cabeza.
Es mirar el cielo y recordar momentos.
Es compartir con los tuyos en tu ambiente, en tu instante.
Es sentarse a escribir palabras, hilando recuerdos, felices fragmentos, recortes e imágenes.
Es hacer un collage de eternas figuras, millares de colores fundidos en un punto de luz que desaparece para no ser visto.
Es salir a correr todas las tardes, por senderos eternos. Un mar de árboles acompañan la ruta, que día a día se trasforma en rutina.
Es aquel sentimiento que despeja el alma y no envenena recuerdos.
Es la vuelta del guerrero a su hogar, esperando recibir ese abrazo que hace olvidar todo el dolor y las penas.
Es disfrutar hasta la última gota de verano, porque siempre se hace cortísimo.
Es entregar hasta el último esfuerzo en lo que haces, sin importar si fracasas.
Es creer en la esperanza, compañera esquiva de mil batallas.
Es esperar días y semanas, meses y años cuando lo piden.
Es olvidar para sanar, heridas sin costra, cortes sin líneas.
Es inventar letras de canciones, confundir melodías y olvidar compases.
Es pintar sobre maderas húmedas plasmando sentimientos.
Es volver a llamar cuando no lo esperan, sin importar la respuesta.
Es seguir intentando cuando vale la pena hacerlo.
Es detenerse cuando el momento lo amerita, es darse cuenta que el tiempo es solo eso, tiempo.
Es gritar al vacío, esperando un eco que no llegará hasta que sanen los rincones que no permiten dar respuesta.
Es eso, la vida, solo eso.
Nada más ni nada menos, todo en su justa medida.

lunes, 14 de abril de 2008

La vida en un instante

Semilla del mañana, pequeña e inerte, llenas de vida cuando tocan tu alma.
Te escondes en la tierra con profunda ilusión. Buscas esencia y la encuentras en tierra fértil. Incluso en adversidades, luchas por ver la luz. Parece distante, eso lo sabes desde que naciste. Alimentarse es una prioridad, para crecer con fuerza. La incertidumbre acompaña los primeros momentos. Al principio, todo es oscuridad, vives en un mundo acotado a límites muy cercanos. Vives en la burbuja, acompañada por tus silencios. No hay temores, solo vives. Pasa el tiempo, y logras ver un poco de luz, todo un mundo nuevo, aromas diversos, extraños seres te miran con sigilo. Miras a los lados y haces amistades con los tuyos. Están todas cercanas. Te cuidan y te enseñan modales. Aprendes a mirar sin que el sol queme tus ojos y notas como una variedad de especies viven en su mundo.
Aprendiste lo suficiente como para valerte por ti misma. Sentiste los primeros dolores, las primeras angustias. Reíste a más no poder con aquel gladiolo tan chistoso pero tan hediondo a la vez.
Tuviste tus primeros amores, las preocupaciones aumentaban día a día. Veías como tus amigas y amigos emprendían nuevas etapas. Algunos cayeron en el intento, otros fueron devorados por quien sabe que seres.
Por primera vez sentiste pena, tus pétalos florecieron y llamabas la atención. Orgullosa fuiste desde pequeña. Idealista por siempre. Soñadora e irreverente por momentos.
Te encuentras sola, miraste a todos lados y no había nadie. Tu antiguo hogar había desaparecido. Trataste de cerrar los ojos y pensar que era una pesadilla mas. Los abriste y estaba todo tal cual. Solitaria en una maceta. No te diste cuenta del paso del tiempo. Fue un soplo tan rápido y notaste que tus pétalos estaban algo marchitos. El agua caía por momentos, ya no desde el cielo, sino de una señora que te canta día a día como si te conociera desde siempre.
La miras y te es familiar aquel rostro raído por los años. Vez un espejo y tu piel esta marcada por los años. Y no te diste cuenta. Fue ayer cuando jugabas con las mariposas y lombrices. Como pasó el tiempo tan rápido, me pregunto día a día. Y es la noche la que avisa que es hora de dormir. Pero no quiero dormir porque siento que duermo demasiado. Estoy perdiendo segundos que añoro con deseo que vuelvan. Y ellos me esquivan y siguen pasando sin mirarme.
Hoy siento que es mi último día. Quisiera estar con todos los que compartí algún momento de mi vida. Aquel jardín lleno de variedades, de olores y sonidos. Acompañada de mis seres queridos, aquellos que me enseñaron la vida.
Un viejo amigo me dijo hace años, que el día en que dejara de recordar, ese sería mi último suspiro. El cielo se tiñó de rojo, pasó un ave silbando su despedida, la anciana tenía los ojos llorosos y por un instante soñé que era la flor que siempre quise ser.

viernes, 11 de abril de 2008

Lagrimas


Perfumas el ambiente y es tu noble sonrisa
Cual musa de pétalos rojos apareciste
Y de un momento a otro, tal cual desapareciste
Dejando rastros que envenenan
Adornos botados como pistas
Para buscar en un infierno
Una gota que purifique y limpie

Esa canción que alguna vez oíste
Cuando no creía volviste
Calma al final del camino
Es polvo limpio el que percibo
No dejaste manchas al pasar
Solo recuerdos que vuelven y más

Un antes y un ahora
Quedan solo como historia
Cristales brotan por momentos
Perfectos en un segmento
Cavan espacios
Llenando momentos

Interminables son las horas
Que caben en un reloj
Que lleno de minutos y segundos
No logran acaparar lo que es pasión

domingo, 6 de abril de 2008

Mareas Perfectas




Emerges de la tierra, firme como si tuvieras raíces. Abres los ojos y las luces llueven.
Notas al margen hablan cuando no mueves los labios. Inentendible es a veces el rubor provocado por miradas. Atento el lápiz que escribe sin querer, deslizándose por parajes diversos, puntuando las ies que se escapan y dejan de lado las formalidades.
Frondosas paredes, mixtura de temperatura. Calor y frío, se mezclan formando la calidez que desaparece en el exterior.
Un instante es un soplo, desaparece cuando te das cuenta y te preguntas donde fue.
Un instante es un mundo eterno, irrealidad ficticia, pasión de pocos, orgullo innato. Tocar con mirada, integrar el aliento progresivo, sentir con dolor, vivir siendo el mismo, atado al presente, librando el futuro, dirigiendo señales fantásticas creadas en momentos perdidos.
Caminar acompañado, sentir la arena en los pies descalzos, manos juntas sintiendo las caricias de un dedo rebelde que no esta tranquilo. Húmedo el camino dejado por las olas que lejanas mareas traen para mojar las bases de un recorrido que al mirar atrás, vuelve a ser el mismo sin encontrar las huellas.
A paso tranquilo, respirando particulares aromas, es tu voz que acompaña, es tu esencia la que perdura. Eterno e inmenso, con corrientes dispersas, cambiante y único en cada momento. Será tu forma, será tu movimiento, es quizás la brisa que dejas o será tu significado el que deja huellas, el misterio de tus aguas, la razón de vivir para algunos, el temor irreversible que causas en otros.
Navego en tus aguas, conociendo bases de movimientos, un acorazado a mi lado las surca sin problemas, un botecito amigo intenta motivarse con tus olas, prefiero sentir el frío y el calor de tus masas, subir a la cresta de tus olas, bajar al fondo y descubrirte con mis ojos, revolcarme con la arena que traes, chocar con tus sentimientos, explorar tus rincones olvidados, descubrir tus tesoros.
Gracias por el momento, fue sin duda la ola mas perfecta que pude tomar, dibujando figuras exactas, perdiendo el equilibrio por momentos, subiendo y bajando complementados en un atardecer que reflejaba una sola imagen, composición inmediata, proporcional en sus medidas. Esfuerzo incesante en cada ola, fue la practica la excusa, fue la marea un impedimento, son las brisas el encuentro.
Alegría contenida, al volver a verte. Parado en la playa de un desierto, buscando al mar entre oasis. Buscando esa ola que no se divisa, la espera es sin duda tu angustia. Acostumbrado a un ritmo constante, es tu esencia de corrientes, es la marea y los astros los que mueven tus extremidades, son palabras al viento, que rebotan como pájaros en vidrios, que ven un camino despejado al estar ciegos en su naturaleza.
Sumergido en un fondo maravilloso, conociendo las pausas, casi nada es nuevo en un espacio que surqué por meses, aprendiendo en las rocas antes de saltar, a veces precipitando la salida, buscando donde hay un dejo de sabor, un loco lindo, un momento en la vida, dejando esencia, profunda ilusión, abrazos eternos conjugados en un solo propósito, ver el mar y no imaginarlo estando en el desierto. Mirarlo de lejos y ver que volvió a su curso junto con otras tablas que surcarán sus aguas.

viernes, 4 de abril de 2008

Un nuevo Abril

Desconocidos fueron los primeros, reacciones y situaciones incomodas al no conocerse.
Todo nuevo en un mar de ilusiones. Risas extrañas se fueron haciendo familiares. Escapadas repentinas, viajes lejanos solo acompañados por la aventura y sin establecer racionamiento lógico o correcto.
Conversaciones y miradas, caricias cercanas sin llegar al tope. Caminatas divertidas fueron solo el comienzo de una realidad.
Canciones especiales, recuerdan momentos y alegrías. Bendito sea el reloj, dice la canción, solo la materialidad perfecta de un aparato que avanza sin detenerse. Diversas formas, sonidos, materiales y números. Pero la hora es la misma y avanza sin detenerse. Deje de usar reloj y me guié por la hora interna, esa que te avisa cuando tienes hambre, cuando tienes que partir, cuando es la hora exacta que sientes y cuando liberas esa presión de estar mirando constantemente y a veces de manera inconciente el reloj para ver la hora.
Diversos caminos, lugares especiales, películas sin terminar, un mundo único lleno de sentimientos.
Duros golpes que llegan al fondo, incomprensiones constantes, diversas formas de reaccionar, palabras amables, abrazos que conmueven, realidades o mundos distintos, vivencias disímiles, etapas diferentes, en fin un aprendizaje constante que tiene como fin ser mejor persona y entregar lo que realmente vale.
Para que preocuparse de materialidades, de pequeñeces que no tienen fondo, de aspectos fugaces, de cosas sin importancia. Si es tan corta la vida, no tiene sentido.
Gozar con mirada futura, llamadas inesperadas, preocupaciones y saltos a distancia, regalos preparados, diferencias que hacen pensar, propuestas y proyectos inconclusos, variedad de sueños y esperas.
Pasa el tiempo, la vida continúa, cicatrices aún viven y es la magia del tiempo el que hace sentir nuevamente que la vida renace y el paso es constante. Detener el tiempo, es pensar y reflexionar, las penas duran de por vida, las alegrías se disfrutan a fondo cuando las hay. Es una forma de continuar el ciclo, que partió como desconocido, que fue formando una comunicación que llegó a lo mas profundo, que compartió la esencia de uno y que luego se esfuma para volver a ser un desconocido. Ponerle un nombre, un adjetivo, una pregunta y su respuesta, que es la vida sin sentimientos.
Todo vuelve al comienzo, en distintos lugares pero la misma esencia.
Primera noche de un febrero sin tener razón alguna de encontrarse, ultima semana de marzo cargada de emociones que terminan para comenzar un nuevo abril lleno de desafíos y nuevas etapas.