Es verdad, que al verte me sorprendes, a pesar que te conosco tanto, me sigues sorprendiendo y cada vez de diferentes maneras.
Cómo saber interpretar esa bella mirada, que solo tienes tu y no la guardas con nadie. Esa fugaz chispa que arde en tu ser y te hace tan especial.
Lagrimas que corren por tus mejillas dejando un recorrido único, que sigo con total disimulo, no quiero perder ni un minimo detalle, que pueda significar algo para mi.
Corres sin mirar atrás, sabiendo que con cada pisada puedes matar, pero es tan docil tu huella que es incapas de lastimar.
Embrujas hasta al más avesado de los galanes, te cultivan en las barbas del Olimpo, te divisan en los llanos que se encienden con tan solo mirarte. Fuiste moldeada tan finamente por las manos del alfarero, que no dejó un solo detalle al azar y el agua resbala sin tropiezos por ese monte que da de beber a muchos.
Esa eres tu, cavidad que anida tu esencia de mujer, aquel pliegue que tantos hablan, que muchos usan y que los caballeros respetan. Monte divino que da vida, que armoniza con la naturaleza y que fluye cual rosa de petalos rojisos.
Este es un homenaje para ti, uno de tantos que ya te han hecho, y uno mas de los que te haran en el futuro, porque eres una pieza que forma parte fundamental en la vida del ser humano y que bajo esa espesa nube negra, te asomas cual musa delicada y olorosa.